Del 15 de febrero al 8 de mayo de 2022, el Museo Getty presenta ‘Poussin y el baile’una exposición que yuxtapone las obras del gran pintor barroco con el nuevo encargo de danza.
Imagen: Nicolas Poussin, “Himen disfrazado de mujer durante una ofrenda a Príapo”, 1634-38. Colección Museo de Arte de São Paulo Assis Chateaubriand.
El arte de Nicolás Poussin (1594-1665), la gran figura del barroco francés, contrasta fuertemente con la de otros grandes nombres de la pintura barroca. Frente al tenebrismo de Caravaggio o al juego casi místico de luces y sombras de Rembrandt, Poussin representa clasicismo, orden y precisión ante el éxtasis del pleno barroco. Y a pesar de este gusto por el orden, Poussin se sintió atraído por danza, quizás la más libre y espontánea de todas las artes, y poco después de su llegada a Roma -donde produjo la mayor parte de su obra- comenzaron a aparecer en su obra representaciones de bailarines. “Orquestar movimientos complejos y colisionantes con sus figuras de cera.”, explica el Museo Getty, “[Poussin] imaginó una acción dramática, incluso violenta, con el ojo de un coreógrafo.”
Organizado en colaboración con la National Gallery, Londres, ‘Poussin y el baile’ incluye una selección de pinturas de Poussin, así como un grupo de antigüedades que pueden haber inspirado al artista, yuxtapuestas con una serie de videos de danza de tres coreógrafos contemporáneos: Micaela Taylordirector artístico de El colectivo TL; Ana María Álvarezdirector artístico de CONTRATIEMPO; y cris emilioco-fundador del proyecto Nadie. casa de arte.
Entre las obras expuestas se encuentra el monumental Himen disfrazado de mujer durante una ofrenda a Príapo (1634-38), prestado por el Museu de Arte de São Paulo, cuya composición horizontal es sorprendentemente similar a la de un relieve romano que representa a cinco bailarines ante un pórtico (conocido como Los bailarines Borghese), que se incluye en la exposición del Museo del Louvre. La National Gallery de Londres, coorganizadora de la exposición, ha prestado tres importantes cuadros del artista francés, entre ellos el famoso La Adoración del Becerro de Oro (1634).
En las palabras de sarah cooperco-curador del Museo Getty, “Mientras observamos las obras de Poussin con estos tres coreógrafos, cada uno encontró formas reveladoras de profundizar en sus mundos, extrayendo detalles, expresiones, texturas, así como perspectivas sobre cómo se formó la historia visual de una manera que solo alguien con conocimiento íntimo de la experiencia física de la danza y su capacidad de expresión podría descubrir.”