SALVANDO LA CARA
Finalmente, Beijing podría desempeñar un papel importante en la negociación de un acuerdo entre Rusia y la OTAN. Por ejemplo, la OTAN podría prometer detener cualquier expansión adicional a cambio de que Moscú acepte no usar armas nucleares. Tal compromiso salvaría la cara en ambos lados.
Durante la crisis de los misiles cubanos de 1962, el presidente estadounidense John F Kennedy y el líder soviético Nikita Khrushchev llegaron a un acuerdo similar: los soviéticos desmantelarían sus misiles balísticos en Cuba a cambio de que Estados Unidos se comprometiera a no invadir Cuba nuevamente. En secreto, Estados Unidos también acordó desmantelar todos los misiles balísticos de alcance medio Júpiter que habían estado estacionados en Turquía para su posible uso contra Rusia.
Dado que la principal preocupación de Moscú ha sido la expansión de la OTAN, Putin podría encontrar esta opción que valga la pena considerar. También valdría la pena pensar en la OTAN. La expansión de la alianza frente a las advertencias del Kremlin ha ayudado a llevar a Europa al borde de un conflicto nuclear. Putin tiene razón al concluir que esta es una guerra entre Rusia y Occidente en lugar de entre Rusia y Ucrania. Como gesto de buena voluntad, la OTAN podría comprometerse a no usar armas nucleares primero contra Rusia o dentro de la esfera de influencia de Moscú.
En un documental de 2018, Putin preguntó: «¿Por qué necesitamos un mundo sin Rusia?» La respuesta debería ser: «¿Pero dónde está Rusia sin el mundo?» Si Putin ahora abre una caja de Pandora nuclear que se mantuvo cerrada incluso durante la guerra fría, sería un momento de estupidez infinita. China puede ayudar al mundo simplemente diciéndole a Putin: «No use armas nucleares, señor presidente».
Zhou Bo es ex coronel senior del Ejército Popular de Liberación y ahora miembro senior del Centro para la Seguridad y Estrategia Internacional de la Universidad de Tsinghua y experto en el Foro de China.