Una región del cerebro llamada amígdala es responsable de emociones poderosas como el miedo. Ahora, los investigadores han descubierto que la amígdala también puede ser la culpable de comer en exceso. El profesor Bo Li del Laboratorio Cold Spring Harbor (CSHL) ha descubierto un grupo de neuronas en la amígdala que impulsa a los ratones a comer alimentos grasos o azucarados, incluso cuando no tienen hambre. Las terapias dirigidas a estas neuronas podrían conducir a nuevos tratamientos para la obesidad con efectos secundarios mínimos.
Como la mayoría de las personas, los ratones también tienden a encontrar los alimentos ricos en grasas y azúcares como los más sabrosos. Pueden disfrutar de estas golosinas por placer, en lugar de por supervivencia. Las neuronas que Li y sus colegas estudiaron desencadenan este comportamiento, llamado alimentación hedónica.
«Incluso si se supone que el animal debe dejar de comer porque ya está lleno, si esas neuronas todavía están activas, aún puede hacer que esos animales coman más», señala Li.
Casi nadie tiene éxito en el control del peso a largo plazo cuando trata la obesidad, dice Li. Los procesos metabólicos en el cuerpo a menudo revierten cualquier progreso que se haya hecho. La terapéutica puede ayudar a aumentar las probabilidades de un tratamiento exitoso, pero muchos medicamentos tienen efectos secundarios no deseados.
«Los medicamentos actualmente disponibles para ayudar a controlar el peso pueden causar efectos secundarios significativos. Por lo tanto, se necesita un enfoque más específico», dice Li. «Identificar el circuito cerebral que controla la alimentación es importante para desarrollar mejores opciones de tratamiento para las personas que luchan por controlar su peso».
Cuando el equipo apagó las neuronas específicas, los ratones no se sintieron atraídos por los alimentos grasos y azucarados que los habían tentado antes. «Simplemente comieron felizmente y se mantuvieron saludables», dice Li. «No solo dejaron de aumentar de peso, sino que también parecían estar mucho más saludables en general». Apagar estas neuronas redujo el exceso de comida y protegió contra la obesidad. También impulsó la actividad física de los animales, lo que condujo a la pérdida de peso y una mejor salud metabólica.
Li y su equipo están explorando formas de manipular las neuronas que desencadenan la alimentación hedónica. El siguiente paso, dice, es mapear cómo responden estas neuronas a diferentes tipos de alimentos y ver qué las hace tan sensibles. Él espera que esta colaboración conduzca a nuevas estrategias para terapias efectivas contra la obesidad.
La investigación fue publicada en Neurociencia de la naturaleza.
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Alessandro Furlan, Las neuronas de neurotensina en la amígdala extendida controlan la elección de la dieta y la homeostasis energética, Neurociencia de la naturaleza (2022). DOI: 10.1038/s41593-022-01178-3. www.nature.com/articles/s41593-022-01178-3
Citación: ¿Tienes comida chatarra en el cerebro? Estas células pueden tener la culpa (20 de octubre de 2022) recuperado el 20 de octubre de 2022 de https://medicalxpress.com/news/2022-10-junk-food-brain-cells-blame.html
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