Cuando la estación se vuelve más oscura y fría, la grasa parda de los animales comienza a crecer. El tejido produce calor de manera eficiente y rápida, y regula el apetito. La grasa parda también está presente en las personas.
En un nuevo estudio realizado en el Centro PET de Turku, Finlandia, los investigadores observaron que las horas de luz diurnas más cortas afectan la señalización del receptor opioide en la grasa parda de los animales. Cuando la cantidad de luz disminuye, los niveles de receptores opioides aumentan. La observación se realizó en ratas que vivían en un entorno artificial que imitaba los cambios estacionales de la luz del día.
«En el estudio, observamos que la cantidad de receptores opioides mu en la grasa parda dependía de la duración de la luz del día a la que estuvo expuesta la rata. Esto complementa nuestros hallazgos anteriores de que la duración del día modula los niveles de los receptores opioides en los circuitos emocionales del cerebro en humanos y ratas», dice la investigadora principal Lihua Sun del Turku PET Center de la Universidad de Turku.
Afirma que la actividad del receptor opioide de la grasa parda y el cerebro son dos fenómenos separados. Sin embargo, comparten el mismo objetivo de ayudar a un mamífero, una persona o un animal, a adaptarse tanto fisiológica como emocionalmente al cambio de estaciones.
«Los niveles de receptores de opioides en el cerebro y la grasa parda podrían estar interconectados, por ejemplo, fortaleciendo la actividad de cada uno, pero se necesita más investigación para confirmar esto», enfatiza Sun.
Nueva conquista en la investigación de receptores de opioides
La profesora Anne Roivainen del Turku PET Center dice que esta es la primera vez que se evalúan los niveles del receptor opioide mu en regiones periféricas utilizando imágenes de tomografía por emisión de positrones (PET).
«El hallazgo destaca que los receptores opioides mu afectan la estacionalidad de la actividad de la grasa parda. Los estudios futuros deberían investigar más a fondo si los receptores opioides mu en la grasa parda están directamente relacionados con el consumo de energía de los tejidos», dice Roivainen.
Los receptores opioides son partes de la célula a través de las cuales las hormonas opioides pueden impactar en la célula. Un ejemplo de tales hormonas es la endorfina, que promueve el placer y alivia el dolor en el cuerpo.
En consecuencia, las funciones de los receptores opioides en el cerebro tienen un papel central tanto en el dolor como en el estado de ánimo y las emociones. Las anomalías de la función del receptor se han relacionado con trastornos psiquiátricos como la depresión y la ansiedad y los trastornos alimentarios. Los niveles de receptores de opioides también pueden ser importantes para los cambios afectivos estacionales, como el trastorno afectivo estacional. Sus síntomas incluyen tristeza invernal y comer en exceso.
Según Roivainen y Sun, si las variaciones estacionales en los niveles del receptor opioide mu en el cerebro y la grasa parda son la base de los cambios afectivos estacionales aún requiere más evidencia científica.
Fuente de la historia:
Materiales proporcionado por Universidad de Turku. Nota: el contenido se puede editar por estilo y longitud.