“Nunca la humanidad ha tenido esta riqueza de potencial científico y técnico que tiene ahora, ni ha tenido la capacidad extraordinaria que tiene ahora para crear riqueza y bienestar”, dijo el miércoles, pero agregó: “Sin embargo, nunca ha sido el mundo tan desigual en términos de cuánto sufre la gente”.
Señaló algunas cifras sombrías, entre ellas que unos 828 millones de personas pasan hambre, alrededor de 50 millones de niños sufren retraso en el crecimiento y el desempleo afectará a 207 millones de personas en 2022.
Billones en gasto militar mientras las vacunas siguen siendo escasas
Continuó señalando que alrededor de 6,5 millones de personas han muerto a causa de la COVID-19 pandemia, y las vacunas para hacer frente a esta crisis son inaccesibles para miles de millones de personas en países de bajos ingresos.
Refiriéndose a los gastos militares globales, que han crecido a un ritmo vertiginoso y superan por primera vez los 2 billones de dólares, y al tiempo que abogó por la universalización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, planteó la pregunta de cuánto más se podría hacer. si estos recursos se dedicaran a promover la salud y el desarrollo, cuántas vidas se podrían salvar.
Al hablar de la crisis climática, el canciller cubano remarcó, “tenemos un solo planeta tierra, una sola casa común, para ricos y pobres, debemos actuar sin demora”.
Guerra económica contra Cuba
Al compartir su observación de que las relaciones internacionales avanzan por un camino peligroso, denunció a Estados Unidos por su ofensiva de coerción económica, militar, política y diplomática.
Al recordar la adopción por la Asamblea General de la primera resolución para poner fin al embargo contra Cuba hace 30 años, denunció a EE.UU. por el “acto de guerra económica en tiempos de paz”, por ignorar la resolución, crear escasez material, presionar a las instituciones bancarias y el pueblo cubano.
Criticando la “inclusión injusta” y la “clasificación calumniosa” de Cuba como patrocinador del terrorismo cuando Cuba “ha sido víctima del terrorismo de Estado”, criticó a EE.UU. por su doble rasero, inconsistencia, selectividad y manipulación incluso sobre los derechos humanos.
Refiriéndose a los colosales desafíos que enfrenta el pueblo y el gobierno cubanos, dijo que “la economía cubana ha soportado una presión extraordinaria que está impactando en la prestación de servicios a la industria, provocando escasez de alimentos y medicinas, y provocando una caída en el consumo y por ende resultando en una disminución en el bienestar general de nuestra gente. El daño humano causado por esta política es imposible de cuantificar, pero sin embargo es enorme, cruel e inmoral”.
Instando a EE. UU. a abordar los problemas que alimentan la migración irregular, elogió el regreso del procesamiento de visas en la embajada de EE. UU. en La Habana y reiteró la disposición de Cuba para avanzar hacia mejores relaciones con EE. UU., pero solo basadas en el respeto mutuo, la igualdad soberana y sin intentos de socavar soberanía e independencia.
Solidaridad con los demás
El Canciller compartió que en los peores momentos de la pandemia, Cuba pudo enviar 58 brigadas médicas a unos 48 países. Expresó su solidaridad con los gobiernos de Venezuela y Nicaragua, apoyo a los reclamos de las naciones caribeñas de reparación por la trata de esclavos y el colonialismo, reafirmó el compromiso de Cuba con la independencia de Puerto Rico y la reconstrucción de Haití.
Bruno Rodríguez reiteró el firme compromiso de Cuba con la paz en Colombia, el fin de la injerencia extranjera en Siria y una solución justa y duradera al conflicto de Medio Oriente. También pidió el fin de la ocupación israelí de los territorios palestinos.
Concluyó dirigiéndose a Ucrania y dijo que la solución realista a la guerra debe garantizar la seguridad y la soberanía de todos. Dijo que “Cuba seguirá hablando alto y claro para rechazar el hegemonismo y la dominación, las medidas coercitivas unilaterales, los bloqueos genocidas y los intentos de imponer una cultura y un modelo en el mundo”.