Algunas tiendas tunecinas están racionando productos como el aceite de cocina, el azúcar y la mantequilla, mientras que las grandes colas han llegado a las gasolineras en medio de la escasez de combustible mientras el gobierno atraviesa una crisis inminente en las finanzas públicas.
Algunas tiendas de comestibles han restringido a los clientes a paquetes individuales de artículos escasos, mientras que las colas fuera de las estaciones de servicio han bloqueado el tráfico en partes de la capital.
El presidente Kais Saied y su gobierno no han comentado sobre la escasez, excepto al anunciar la intención de atacar a los especuladores y acaparadores de materias primas. Sin embargo, Saied despidió el viernes al jefe de la empresa distribuidora de petróleo de Túnez.
El gobierno vende muchos productos importados a una tasa altamente subsidiada y la contracción global de los productos básicos ha hecho subir los precios internacionales.
El gobierno recibió dos tramos de ayuda internacional este verano, del Banco Mundial y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo, para financiar la compra de granos, pero también busca un rescate del FMI para financiar el presupuesto y pagar la deuda.
“No hay aceite ni azúcar ni mantequilla y hay una gran escasez de galletas y bocadillos”, dijo Azzouz, comerciante en el distrito de clase obrera Ettadamon de Túnez.
Khadija, una mujer que compra en la misma área, dijo que no pudo encontrar ningún aceite de cocina subsidiado y que no podía pagar otras marcas.
“La situación se vuelve más difícil día a día y no sabemos qué vamos a hacer”, dijo.
Incluso el viernes por la mañana temprano se formaban colas en una gasolinera en el distrito de La Marsa de Túnez, incluso con automóviles alineados en la carretera a lo largo de un carril dedicado al tráfico que se aproxima.
Silwan al-Samiri, un funcionario del departamento de trabajadores petroleros del sindicato UGTT, dijo el jueves a la radio IFM que el gobierno necesitaba llegar a una solución para pagar las importaciones.
El presidente Saied ha dado pocos indicios de su política económica preferida desde que tomó la mayoría de los poderes en julio de 2021 en movimientos que sus enemigos llaman un golpe de estado, además de declaraciones públicas que critican la corrupción y los especuladores.