Nazeri Bin Lajim, ciudadano malayo de Singapur, fue arrestado en abril de 2012 por tráfico de más de 33 gramos de diamorfina. Fue ejecutado el viernes pasado.
“Según el derecho internacional, los Estados que aún no han abolido la pena de muerte sólo puede imponerse por los ‘más graves delitos’, que implican homicidio intencional,”, dijeron los expertos. “Los delitos de drogas claramente no alcanzan este umbral”.
Discriminación contra las minorías
También notaron el fuerte aumento en los avisos de ejecución emitidos en Singapur este año.
“Nos preocupa que un número desproporcionado de las personas condenadas a muerte por delitos relacionados con las drogas sean personas de minorías y tienden a ser de entornos económicamente desfavorecidos lcomo el Sr. Nazari Bin Lajim”, dijeron los expertos.
“La práctica equivale a un trato discriminatorio de minorías como los malayos y las personas vulnerables”.
Los expertos dijeron que la aplicación de la ejecución del Sr. Bin Lajim se llevó a cabo a pesar de las afirmaciones de que había estado sufriendo de adicción a las drogas durante mucho tiempo y que la mayor parte de la diamorfina habría sido para su uso personal.
Activistas intimidados
Además, el resto de los narcóticos en su posesión no habrían alcanzado el umbral de 15 gramos para imponer la pena de muerte preceptiva de Singapur.
“También estamos extremadamente preocupados por los informes sobre aumento de la presión y los actos de intimidación por parte de las autoridades contra activistas, periodistas, profesionales del derecho y defensores de derechos humanos que abogan pacíficamente contra la pena de muerte y/o representan a personas en el corredor de la muerte, y el efecto paralizador que tales actos tienen en el espacio cívico”, dijo.
“El acto de expresar una opinión y protestar contra la pena de muerte debe ser tolerado en un país democrático”.
Suspender más ejecuciones
Los expertos instaron a Singapur a que suspendiera la ejecución de personas condenadas a muerte por delitos de drogas y, en su lugar, conmutar sus sentencias to encarcelamiento, de conformidad con el derecho y las normas internacionales de derechos humanos.
También pidieron a las autoridades que inmediatamente establecer una moratoria de todas las ejecuciones con una vista de la abolición total de la pena de muerte.
También se instó al Gobierno a revisar el alcance de la pena de muerte, en particular con respecto a los delitos relacionados con las drogas, a fin de garantizar que su imposición y aplicación se limiten estrictamente a los casos de homicidio intencional.
“Reiteramos que el uso obligatorio de la pena de muerte constituye una privación arbitraria de la vida, ya que se impone sin tener en cuenta las circunstancias personales del imputado ni las circunstancias del delito en particular”, dijeron los expertos.
“Las sentencias de muerte obligatorias son de naturaleza arbitraria e incompatibles con la limitación de la pena capital a los ‘delitos más graves’”.
Los 11 expertos que emitieron el comunicado fueron designados por la ONU Consejo de Derechos Humanos monitorear e informar sobre temas específicos como ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias.
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