Por Nicolás Misculin
BUENOS AIRES (Reuters) – El presidente argentino, Alberto Fernández, lanzó el jueves su último esfuerzo para abordar una economía en crisis, nombrando a una de las figuras más poderosas de la coalición gobernante para encabezar un nuevo «superministerio» el mismo día en que el banco central elevó las tasas de interés a 60%.
Fernández eligió al político Sergio Massa para el nuevo cargo de supervisión de la política económica, manufacturera y agrícola. Massa actualmente encabeza la cámara baja del Congreso por la coalición peronista gobernante.
La reorganización ministerial, que lleva a la actual ministra de Economía, Silvina Batakis, a dirigir el banco estatal Banco Nación, se produce menos de un mes después de que su antecesor renunciara abruptamente.
Los cambios apuntan a tensiones entre diferentes alas de la coalición gobernante de centroizquierda sobre cómo abordar la espiral de precios cada vez peores para los consumidores, las enormes obligaciones de deuda del gobierno y una moneda de peso que la semana pasada alcanzó mínimos históricos.
Una vez que Massa renuncie a su cargo de liderazgo en el Congreso, asumirá el cargo recién creado, lo que se espera que suceda después de una sesión legislativa especial programada para el próximo martes.
El gobierno anunció el nuevo cargo de Massa solo unas horas después de que el banco central elevara su tasa de interés de referencia Leliq en ocho puntos porcentuales al 60%, en su séptima alza este año.
La medida continúa el impulso hasta ahora inútil de la autoridad monetaria para controlar la creciente inflación, que los analistas especulan que podría superar el 80% para fines de este año.
Antes de los cambios de gabinete de Fernández, la asediada moneda del peso se fortaleció alrededor de un 5% en el mercado negro paralelo, para cotizar a 311 pesos por dólar estadounidense, según operadores privados. La semana pasada, el peso se debilitó hasta 350 por dólar.
Los analistas ofrecieron opiniones mixtas sobre el intento del presidente de pasar página en semanas de turbulencia económica, citando desequilibrios persistentes alimentados por precios al consumidor más una brecha en el tipo de cambio entre el tipo de cambio oficial paralelo y el estrictamente controlado, que superó el 150% este mes.
«La respuesta política bien puede caracterizarse como un esfuerzo de curita, que carece de la consistencia y amplitud requeridas para estabilizar la economía», dijo JP Morgan en un memorando de investigación después del nombramiento de Massa.
Agregó que una nueva administración económica debe ser capaz de coordinar mejor el apoyo político para políticas fiscales sólidas.
En lo que podría tomarse como una nota de optimismo, los investigadores de mercado latinoamericano del banco señalaron que el ministro entrante con una cartera muy ampliada «puede ofrecer esa capacidad de coordinación, amplificada con sabiduría política».
(Reporte de Nicolas Misculin; Escrito por David Alire Garcia; Editado por Christian Plumb y Leslie Adler)