“El golpe militar del 25 de octubre de 2021 sumió a Sudán en una crisis política con profundas implicaciones para el desarrollo del país y las perspectivas de consolidación de la paz.
También planteó a los donantes una pregunta difícil: ¿cómo mantenemos nuestro compromiso de apoyar a los más vulnerables de Sudán sin legitimar un cambio inconstitucional?
Si bien las crisis políticas claramente presentan desafíos para los donantes internacionales, el Fondo para la Consolidación de la Paz (PBF, por sus siglas en inglés) del Secretario General de las Naciones Unidas está trabajando para responder a tales crisis de una manera específica y estratégica para garantizar que el apoyo esencial continúe llegando a quienes más lo necesitan.
Los proyectos de consolidación de la paz se expanden
En un contexto de tensiones políticas, conflictos entre comunidades, desplazamientos a gran escala, crisis económicas, desigualdades cada vez más profundas, aumento del desempleo, inundaciones devastadoras y protestas populares por reformas democráticas, el PBF se ha mantenido activo en Sudán.
El PBF tiene la ventaja de ser un fondo ágil, adaptable e impulsado por la demanda, lo que le permite proporcionar la financiación que se necesita desesperadamente incluso en entornos de alto riesgo como Sudán. Desde el golpe, la cartera activa y la cartera de proyectos del PBF ha crecido hasta cubrir doce estados, lo que demuestra que cuando ocurre una crisis, su compromiso no flaquea, sino que se fortalece.
Junto con otros proyectos, incluido su programa insignia que trabaja para fortalecer el estado de derecho y apoyar la consolidación de la paz local en los cinco estados de Darfur, el PBF agregó seis nuevos proyectos a la cartera en 2021, con cuatro más en preparación.
Estos proyectos de oleoductos incluyen una nueva iniciativa en el territorio en disputa de Abyei y una inversión de USD 10 millones en el este de Sudán, los cuales adoptan un enfoque basado en áreas para estabilizar las comunidades afectadas por conflictos y mejorar su resiliencia ante futuras crisis.
Con base en una evaluación de los focos de conflicto y los factores clave de conflicto para cada área, los proyectos aprovechan la experiencia de cuatro agencias de la ONU: UNICEF, PNUD, OIM y FAO para ayudar a restaurar el acceso a los servicios básicos, incluidos el agua y el saneamiento, implementar esquemas de apoyo a los medios de vida y creación de empleo, y fortalecer los órganos de gestión de recursos naturales y resolución de conflictos a nivel comunitario.
Empoderando a las comunidades locales
Entonces, ¿cómo navegamos por el complejo panorama político para garantizar que el apoyo llegue a quienes más lo necesitan?
Parte de la respuesta radica en el enfoque comunitario del PBF, que empodera a las comunidades locales, promueve la participación inclusiva y fortalece las capacidades de la gobernanza local y otras estructuras comunitarias. Además, este enfoque ayuda a mejorar las relaciones entre los diferentes actores; fomenta la apropiación local; dirige la financiación a organizaciones comunitarias mediante la ampliación de asociaciones con OSC; y pone en primer plano a las mujeres y los jóvenes como agentes de cambio pacífico y desarrollo inclusivo.
Dado que la trayectoria de consolidación de la paz de Sudán sigue siendo frágil e incierta, el apoyo de la comunidad internacional, en el momento adecuado y de manera específica, es fundamental. La pregunta, entonces, no es si los socios para el desarrollo y la consolidación de la paz deben seguir comprometidos, sino cómo hacerlo. A través de sus inversiones, el PBF está empoderando a las partes interesadas locales para responder a la situación en rápida evolución sobre el terreno en Sudán y garantizar un apoyo relevante y confiable para quienes más lo necesitan”.