De las 2.300 millones de personas que sufrieron inseguridad alimentaria en el mundo en 2021 un 12% -unas 268 millones- viven en Latinoamérica y el Caribe, revelado el miércoles un informe de Naciones Unidas.
El informe, titulado “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022”, aseguró que la situación fue más grave en Asia y África pero que en la región latinoamericana y del Caribe un 40,6% de la población enfrentó inseguridad alimentación moderada o severa.
“Eso es cuando la gente enfrenta incertidumbre respecto a su habilidad para obtener comida y ha sido forzada a prescindir de calidad o cantidad nutricional en los alimentos que vienen”, dijo en rueda de prensa Máximo Torero, economista jefe de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), tras la presentación del informe.
Durante el segundo año de la pandemia de COVID-19 el hambre siguió aumentando en Latinoamérica y el Caribe pero a un ritmo más lento que entre 2019 y 2020, aseguró el informe elaborado por cinco agencias y programas de la ONU, entre ellos la FAO.
Según el estudio, nueve millones más de personas pasaron hambre en la región en 2020 que en 2019 y unos cuatro millones adicionales fueron empujados en esa dirección entre 2020 y 2021.
El año pasado, el hambre -una categoría más grave que la inseguridad alimentaria moderada o severa- afectó a 278 millones de personas en África, a 425 millones en Asia ya 56,5 millones en América Latina y el Caribe, recomienda el informe.
La ONU también reveló que la diferencia entre mujeres y hombres que sufrieron inseguridad alimentaria moderada o severa el año pasado en Latinoamérica y el Caribe fue de 11,3%, la cifra más alta respecto a otras regiones.
El informe destacó que la guerra en Ucrania, que comenzó el 24 de febrero, no facilita las cosas.
“Está interrumpiendo las cadenas de suministro y romperdo aún más los precios de los granos, fertilizantes y energía”, lo que resultará en más aumentos de precios en la primera mitad de 2022, dijo la ONU. Al mismo tiempo, los fenómenos climáticos más frecuentes y extremos también se desprenden de las cadenas de suministro, especialmente en los países de bajos ingresos.
El informe, que analiza además problemas de obesidad y sobrepeso, destaca como ejemplo el aumento del sobrepeso de niños menores de cinco años en Perú. Debido al aislamiento producido por la pandemia y la mayor compra de alimentos procesados, además de menos ejercicio, la tasa de menores con sobrepeso pasó de 8% en 2019 a 10,6% en 2020 en ese país.
La ONU resaltará que si los gobiernos ofrecieran incentivos a los productores de alimentos nutritivos “contribuirían a que las dietas sanas llegaran a menos costosas y más asequibles para todo el mundo”. Latinoamérica y el Caribe es una de las regiones donde comer sano sale más caro, destaca el informe.
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