Desde el estallido de COVID-19la vigilancia en torno a las enfermedades zoonóticas ha aumentado a nivel mundial debido a su potencial para convertirse en la próxima pandemia
Un artículo de investigación publicado esta semana en Science Advances sugiere que las crecientes vulnerabilidades ambientales y sociales, además de las crisis económicas y políticas, en Brasil podrían conducir a la aparición de enfermedades zoonóticas nativas.
Científicos de Brasil y Portugal utilizaron un método novedoso de evaluación de riesgos que consideró varios impulsores de este tipo de infección, como los cambios en los patrones de uso de la tierra, la riqueza y diversidad de especies de mamíferos terrestres, el bienestar social y la conectividad geográfica de ciudades y pueblos. Este enfoque se basa en estudios tempranos que proporcionó evidencia sobre el vínculo entre la ocurrencia de brotes y procesos ecológicos, socioeconómicos y demográficos similares, como la rápida deforestación y urbanización, las políticas de conservación y los flujos demográficos humanos.
El estudio encabezado por G. Winck, de la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil, arroja luz sobre cómo la interacción entre la vida silvestre y los humanos podría generar enfermedades zoonóticas y discute las implicaciones para las políticas de salud pública.
El equipo recopiló datos de unas nueve enfermedades zoonóticas en la región entre 2001 y 2019, como el Chagas, la fiebre amarilla y la malaria. “Suponemos que los procesos subyacentes a la propagación geográfica y los patrones epidemiológicos de estas zoonosis podrían extrapolarse a nuevos patógenos que emergen de la vida silvestre”, señalaron los investigadores.
Se centraron en comprender cómo las presiones antropogénicas sobre los ecosistemas y la vulnerabilidad social promueven los riesgos derivados del contacto entre personas, animales domésticos y ganado. Los patógenos zoonóticos circulantes en mamíferos terrestres salvajes que son altamente tolerantes a la presencia humana pueden convertirse en agentes epidémicos.
varios autores ya han alertado sobre el riesgo de que un patógeno mortal emerja de la selva amazónica debido a cambios en los patrones de uso de la tierra. Este fenómeno aumenta la vulnerabilidad social, altera el funcionamiento de los ecosistemas y afecta los ciclos de transmisión de patógenos. Amplía el contacto entre humanos y animales salvajes, patógenos y vectores anfitriones previamente aislados.
Mapeo del riesgo de epidemia en Brasil
Los hallazgos muestran que los riesgos de epidemias zoonóticas están asociados con la pérdida de vegetación, la riqueza de mamíferos y la lejanía. La forestación urbana, la práctica de plantar árboles en las ciudades, y la cubierta vegetal no se correlacionan con su aparición.
Los científicos mapearon los riesgos de epidemias zoonóticas para cada estado brasileño. Según el modelo, de 27 estados, casi el 70% está en peligro de un brote zoonótico.
La región Norte tiene el mayor nivel de riesgo, específicamente: Acre, Amapá, Rondônia, Roraima, Amazonas y Maranhão, y un estado del Centro-Oeste, Mato Grosso. Este grupo incluye las tierras de mayor cobertura vegetal -Amazonas- y las de mayor pérdida de vegetación -Mato Grosso-.
La selva amazónica cubre parcial o totalmente estos lugares. Tienen los niveles más bajos de forestación urbana, la mayor riqueza de mamíferos y los niveles más altos de lejanía de la ciudad. Los resultados respaldan estudios previos que confirman la correlación entre el hábitat de la selva amazónica y la principal preocupación con respecto a las enfermedades zoonóticas.
Noreste y Sur son las regiones con menor riesgo. Por lo general, estas ciudades tienen poca cobertura y pérdida de vegetación, y niveles más altos de forestación urbana. Además, la conectividad entre los pueblos es buena y el acceso a los grandes centros urbanos y la atención médica especializada es más fácil.
El patrón de movilidad humana en Brasil (personas que se trasladan de pequeños pueblos a ciudades más grandes en busca de servicios, bienes, negocios y, a veces, atención médica) amplifica la posible propagación de una enfermedad zoonótica.
La caza y el comercio de carne de animales silvestres como factores relevantes
La caza de animales silvestres es otro factor relevante para las zoonosis emergentes debido al contacto directo entre humanos y animales salvajes. En Brasil, esta práctica es cultural y generalizada en todas las regiones. Los investigadores crearon un conjunto de datos con las especies de mamíferos cazados con mayor frecuencia y sus parásitos, posibles agentes zoonóticos.
Encontraron 173 parásitos en 63 mamíferos, que pueden causar al menos 76 enfermedades diferentes. Los protozoos Leishmania, que induce la Leishmaniasis, y Trypanosoma, que causa el Chagas, viven en muchas especies. El zorro cangrejero, generalmente sacrificado para el control, las especies de zarigüeyas periurbanas y el grupo de armadillos, muy apreciados como carne de animales silvestres, tienen el mayor número de parásitos diferentes. El mono capuchino alberga exclusivamente virus de fiebre hemorrágica.
“Para prevenir brotes zoonóticos relacionados con la caza, es imperativo garantizar la seguridad sanitaria y alimentaria de las personas que utilizan carne de animales silvestres para su subsistencia, a través del monitoreo sanitario de toda la cadena productiva y políticas que promuevan la educación en buenas prácticas de manejo”, aconseja el equipo.
Todas las regiones de Brasil están en riesgo
Hasta la fecha, patógenos foráneos como el dengue y la fiebre amarilla han causado importantes brotes de enfermedades y epidemias en Brasil. Sin embargo, los hallazgos confirman que todas las regiones de Brasil están sujetas a riesgos zoonóticos que surgen de la biota nativa.
Los investigadores del nuevo estudio indican que, tras la experiencia de la pandemia de la COVID-19, las estrategias de prevención de brotes de nuevos virus deben ser una prioridad de las políticas públicas a nivel mundial.
Argumentan que el desafío actual en Brasil es integrar tanto el ecosistema/paisaje -riqueza de mamíferos, pérdida de vegetación y cobertura vegetal- como la urbanización -lejanía y bosque urbano- en la planificación de las políticas públicas de salud. G. Winck y su equipo recomiendan la confirmación de laboratorio de agentes zoonóticos en la vida silvestre, el ganado y los seres humanos. Además, enfatizan la importancia de informar a la población brasileña sobre los riesgos de estas enfermedades a través de programas educativos para individuos, familias y comunidades.
Finalmente, destacan que en países megadiversos con alta vulnerabilidad social y creciente degradación ambiental, como Brasil, las estrategias preventivas para brotes de enfermedades zoonóticas requieren la colaboración entre diferentes sectores, incluido el gobierno federal, la agroindustria y la sociedad.
Referencias
Vulnerabilidad socioecológica y riesgo de aparición de enfermedades zoonóticas en Brasil. 2022. Winck, GW et al. Avances de la ciencia. DOI https://doi.org/10.1126/sciadv.abo5774
Un enfoque de ‘Una sola salud’ para predecir las zoonosis emergentes en la Amazonía. Conferencia: 1a Conferência Brasileira em Saúde Silvestre e Humana – Saúde silvestre e humana: experiências e perspectivas En: Rio de Janeiro, Brasil. 2012. Uhart M. et al. DOI 10.13140/RG.2.1.3549.1609
Principales determinantes ambientales y socioeconómicos de la leishmaniasis cutánea en Brasil: una revisión sistemática de la literatura. 2020. Lia Pupim Buzanovsky, Manuel José Sánchez-Vázquez, Ana Nilce Silveira Maia-Elkhoury, Guilherme Loureiro Werneck. Sociedade Brasileira de Medicina Tropical – SBMT. DOI 10.1590/0037-8682-0291-2019