La artista Margaret Keane, cuyas pinturas de niños de ojos grandes fueron increíblemente populares en los años 50 y 60, murió el domingo a los 94 años, el New York Times ha informado.
Las pinturas de Keane tuvieron un éxito fabuloso entre el público, que no solo compró sus pinturas, sino también las láminas, los grabados y toda una gama de artículos para el hogar en franquicia decorados con su estilo característico: niños abandonados y niños mirando tristemente con ojos grandes y oscuros, tal vez agarrando en un pequeño animal.
La historia de la vida de Keane es excepcional, tanto que fue contada en la película “Ojos grandes” (2014), dirigida por Tim Burton, coleccionista de su obra desde hace mucho tiempo. Desarrolló su estilo de pintura en su infancia. Después de que una operación cuando era pequeña la dejó con problemas de audición, se concentró en las expresiones faciales de las personas, especialmente en sus ojos, para obtener significado donde sus oídos no podían. Siguieron representaciones de ojos grandes y significativos.
Después de que Keane conoció a su esposo, Walter Keane, él comenzó a vender sus pinturas, pero no fue hasta más tarde que ella descubrió que las vendía como si fueran su creación. Durante la mayor parte de su carrera, Walter hizo pasar sus pinturas como propias, insistiendo en que su esposa era una mera aficionada o, en el mejor de los casos, una buena asistente. De hecho, ella era una fábrica de arte solitaria, produciendo trabajo para una América hambrienta de kitsch día tras día en el sótano de su casa.
En un 2014 Veces entrevista, Keane admitió que le faltaba el «sentido» o el «coraje» para enfrentarse a su esposo, pero tenía buenas razones para tenerle miedo. Ante el tribunal, testificó que Walter amenazó su vida y la vida de su hija (de su matrimonio anterior) si le decía la verdad a alguien.
Al final, la cuestión de quién pintó a esos personajes de ojos grandes quedó resuelta en un tribunal de Honolulu en 1986, donde Keane y Walter se enfrentaron en un duelo de pintura. Keane logró producir una obra, Walter no.
Aunque los críticos se burlaron del trabajo de Keane, sus pinturas y su historia han captado el interés del mundo una y otra vez.