Tras la octava ronda del Campeonato del Mundo de Fórmula Uno de la FIA de este año, durante la cual se analizó el fenómeno de las oscilaciones aerodinámicas («marsopas») de la nueva generación de autos de Fórmula 1, y el efecto de esto durante y después de la carrera en la condición física del pilotos volvió a ser visible, la FIA, como órgano rector del deporte, ha decidido que, en aras de la seguridad, es necesario intervenir para exigir a los equipos que realicen los ajustes necesarios para reducir o eliminar este fenómeno.
Se ha emitido una Directiva Técnica para orientar a los equipos sobre las medidas que la FIA pretende tomar para abordar el problema. Éstos incluyen:
1. Un examen más detallado de las tablas y patines, tanto en términos de su diseño como del desgaste observado.
2. La definición de una métrica, basada en la aceleración vertical del automóvil, que dará un límite cuantitativo para un nivel aceptable de oscilaciones verticales. La FIA aún está analizando la fórmula matemática exacta para esta métrica, y los equipos de Fórmula 1 han sido invitados a contribuir a este proceso.
Además de estas medidas a corto plazo, la FIA convocará una reunión técnica con los Equipos para definir medidas que reduzcan la propensión de los autos a exhibir tales fenómenos en el mediano plazo.
La FIA ha decidido intervenir tras consultar con sus médicos en interés de la seguridad de los pilotos. En un deporte en el que los competidores conducen habitualmente a velocidades superiores a los 300 km/h, se considera que toda la concentración del piloto debe centrarse en esa tarea y que la fatiga o el dolor excesivos experimentados por el piloto podrían tener consecuencias significativas en caso de que resultar en una pérdida de concentración. Además, la FIA tiene preocupaciones en relación con el impacto físico inmediato en la salud de los conductores, algunos de los cuales han informado de dolor de espalda después de los eventos recientes.